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Imagen en movimiento en China: 1988-2011.
Museo Minsheng de Arte Contemporáneo
(Shanghai), hasta el 27 de noviembre del 2011.
El Museo MinSheng de Arte Contemporáneo en Shanghai inauguró
en el mes de septiembre del 2011, una muestra que resumió 20 años de video arte
en China.
Se trata de una exposición academicista sin ninguna voluntad
de condensación. Los comisarios: Guo Xiaoyan, He Juxing y Zhou Tiehai llevan
a cabo un riguroso estudio y clasificación por lustros que van desde 1988 hasta
el 2011. Lo que motivará el cambio de lustro es la incursión en China de los últimos
avances tecnológicos y su consecuente cambio en el lenguaje expresivo que a su
vez motiva la especialización en el medio. Una evolución similar sucede en
Europa y Estados Unidos 20 años antes,
aunque sin el peso de la censura.
Una muestra de estas características, tan extensa como
documentada, nace de la necesidad que tienen los chinos por legitimar sus
prácticas contemporáneas, algo se que empieza a hacer habitual en este país.
El vídeo que abre la
exposición es una obra de 1988 titulada 30x30.
Se la considera la primera obra de video arte china y su autor es Zhan Peili,
el Nam Jum Paik chino. Tal y como hiciera el artista coreano, Peili tiene en
sus inicios una voluntad de experimentar con la cámara de vídeo, una nueva
herramienta para la creación.
En 30x30, Peili
rompe y pega y vuelve a romper una y otra vez un espejo de 30x30 cm hasta que
se agota la cinta de la cámara. Con este acto el artista alude metafóricamente
al concepto de realidad distorsionada.
Contemporáneos a Zhang Peili son Yan Lei y Qiu Zhijie. Ambos
artistas producen vídeos con actos repetitivos y absurdos que esconden con
ironía mensajes subliminales. Esta es la
tónica durante los años finales de los ochenta y principios de los noventa.
Yan Lei en 1500 cm
(1994), absorbe y escupe una cinta de 1500 cm de longitud, la finalidad del
vídeo es la de simplemente grabar un acto y mostrarlo tal cual se produce, sin
artificios. Esta obra está muy en la línea del 30x30 de Zhang Peili, por lo que la influencia entre ambos
precursores del vídeo es innegable. Ambas obras evidencian una falta de
conocimiento en edición y postproducción, comprensible dada la poco
accesibilidad que tenían los artistas a la video cámara, muy difícil de
conseguir por aquel entonces.
Qiu Zhijie es el más
conceptual de los tres, en su vídeo work
No.1: A thousand-time copy of Langtingxu (1990-95), escribe el Langting[1] más
de 1000 veces en la misma hoja de arroz, hasta que el texto se convierte en una
mancha negra.
Ya entrados en la segunda mitad de la década de los noventa,
los video artistas chinos abandonan su vocación investigadora del medio en si
mismo y lo convierten en una herramienta para documentar acciones en vivo. Los vídeos
ahora serán más narrativos, la cámara abandona su estatismo y empiezan a
producirse los primeros efectos visuales.
Se producen también las primeras exposiciones dedicadas a
este medio, de manera que los artistas chinos son conscientes de los cambios en
la historia que supone el uso de la cámara de vídeo. Entre las exposiciones más sobresalientes
caben destacar dos: En 1996 ¨Imagen y
fenómeno¨ organizada por los artistas Qiu Zhijie y Wu Meichun en Hangzhou,
ciudad donde se encuentra la más importante escuela de bellas artes de China y donde
Zhang Peili (padre del video arte chino) ejerce como profesor. Esta exposición
reunió un gran número de video arte experimental, documentó las primeras
prácticas de vídeo fuera de las fronteras chinas y generó documentación con
declaraciones de video artistas chinos, algo que no se había hecho hasta el
momento.
En 1997, ambos artistas, Zhijie y Meichun, vuelven a
organizar otra gran exposición, ¨Muestra
de vídeo arte China ´97¨ , está vez en la Academia Central de Bellas Artes
de Pekín, que reunió a más de 30 vídeo artistas dedicados a este medio.
Liu Wei, uno de los más sobresalientes, produce ¨Dificil
de controlar¨ en 1998, donde hombres
desnudos se pelean a cuatro patas sobre un fondo negro. Esta vez la cámara
cambia su posición horizontal habitual y sitúa su foco en lo alto de la escena,
por encima de los cuerpos en lucha nerviosa y acelerada, que se presentan
reducidos y ridiculizados.
La obra ¨tocar padre¨
(1997-2011) de Song Dong, es una de las más poéticas de la exposición. Consiste
en una instalación sobre la relación que tiene el artista con su padre, a quien
el partido comunista envió a una escuela lejana a su cuidad para su
¨reeducación¨, de manera que Song Dong crece privado del contacto con su
progenitor y buscará años más tarde, tras su reencuentro, reestablecer el
contacto físico con el mismo. Lo consigue de manera indirecta, proyectando su
mano sobre el cuerpo de su padre o tocando el agua que refleja una imagen del
padre del artista. Song Dong lo registra todo y lo exhibe, pero lo que no logra
mostrarnos es el momento en el que se produce el contacto directo con su padre
ya muerto. Dong filma este logro pero decide que ni él ni nosotros lo veremos
nunca, en su lugar Song Dong exhibe la cinta que recoge este hecho.
En la primera década del Siglo XX llega la democratización
de los nuevos medios de comunicación, lo que conlleva a un cuidado estético con
posiciones de cámara que transmiten por si solas, de ahí que el vídeo arte, al
igual que ocurre en occidente, evolucionara hacia un formato más
cinematográfico.
Es también a partir del 2000 cuando el Ministerio de Cultura
Chino patrocinará grandes exposiciones de sus artistas en el extranjero,
algunos ejemplos son la exposición ¨Vivir
en el tiempo¨, en el Centro Hamburger Bahnhof en Berlin en el 2001, la
exposición ¨Alors, La Chine¨ llevada
a cabo en el 2003 el Centro Pompidou y no podemos olvidarnos de el éxito que
tuvo el primer pabellón chino en la 51 bienal de Venecia del 2005.
Entre los artistas chinos actuales más sobresalientes están
Yang Fudon y Yang Zhenzhong, cuya obra se ha consolidado en bienales y museos
de todo el mundo, junto a ellos la joven Cao Fei con RMB city y Cosplayers, se
posiciona como el nuevo valor en alza, pero no podemos olvidar nombres como el
de Liang Yue.
Zhenzhong causó sensación en la Bienal de Venecia del 2007
con su vídeo ¨Me voy a morir¨, que
confronta a gente de diferente nacionalidades pronunciando en su lengua madre
la frase que da título a la obra.
La obra videográfica de Yang Fudong es extensísima, entre
sus últimas creaciones se encuentra ¨Una
mitad de agosto¨, que se trata de una adaptación de una obra suya, proyectada
esta vez sobre diferentes objetos que graba de nuevo para darle así un nuevo
enfoque.
En definitiva, podemos concluir que es difícil ver
exposiciones dedicadas enteramente al vídeo arte y que tiene mucho sentido que
las haya, porque hoy en día, los medios de comunicación se han consolidado como
nuestra fuente de referencia. Ya no recurrimos a la observación directa de la
naturaleza para obtener información y estímulos, en lugar de esto, recurrimos a
otros medios como el video arte, que condensa el conocimiento reflexivo de
nuestro entorno y estimula nuestra conciencia del mismo.
Violeta Janeiro Alfageme
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