Mar 30, 2012
HORSE MILK
Drinking airag, which is an alcoholic spirit coming from fermented Mongolian horse milk. This shot made me realise how strong Genghis Khan must have been.
Photo Artist Xepo W.S. captured this moment. If you want to know who´s Xepo? www.xepois.me, but before clicking the link, I can tell you that he is a bit of a rock star with sound doses of poetry. Premium gourmet, he knows where to find the good taste, and he also knows how to cook it. Dear friends, I am not only talking on food…
Soon, he will delight us with Biscuits of Memory, a photo project that he developed during his art residency at the Swatch Art Peace Hotel in Shanghai.
Mr. Xepo, we look forward to try your latest recipe!
Mar 15, 2012
MUSIC TO YOUR EARS. CHA CHA & JAY SOUL
Lady Cha Cha (signer from Shanghai) and Jay Soul (Dutch prducer), put together their talent in the album AM444.
The video is filmed on the streets of Shanghai. I hope that they give us more songs like this one in the future.
Title of the song: 神经末梢 (Shen Jing Mo Shao)
The video is filmed on the streets of Shanghai. I hope that they give us more songs like this one in the future.
Title of the song: 神经末梢 (Shen Jing Mo Shao)
Mar 13, 2012
CHINA WANNABE
China Wannabe, es un breve artículo de divulgación que he escrito sobre la escena cultural en China.
Está publicado en arteinformado.com. Haz click en el siguiente link: China Wannabe
Está publicado en arteinformado.com. Haz click en el siguiente link: China Wannabe
China wannabe.
China reclama su protagonismo.
Pero, ¿puede llegar a ser el nuevo líder del arte contemporáneo? Arquitectos,
ingenieros y traders, todos emigran a China, pero y si eres artista…, igual, lo
mejor es que te quedes en casa.
Dos años y medio de trabajo como
gestora cultural en Shanghai, y la suerte de poder comparar su escena artística
con las de Nueva York y Venecia, donde también he trabajado, me han servido
para hacerme muchas preguntas, comparaciones y obtener algunas conclusiones
iniciales.
Tenemos bastante información
sobre la calidad y notable trabajo que desarrollan aquellos artistas chinos que
consiguen exhibir en el extranjero, pero sabemos muy poco de lo que está
sucediendo dentro de sus fronteras.
Conocemos la obra de Zhang Huan, Cao Fei, Cai GuoQian, Huang YongPing,
Liw Wei, Xu Bin o Yang ZhenZhong, por nombrar solo a algunos de los más
conocidos, y también sabemos de la actividad del ahora archiconocido Ai Wei
Wei, que consiguió llegar hasta el publico general no especializado gracias, en
parte, al régimen chino que lo censura y castiga. De modo que, una vez más, lo
que interesa de la noticia es el hecho de la represión más que el puro plano
del arte. ¿Qué es lo que obliga a emigrar a los artistas chinos?, ¿no se valora
su arte en su país?, ¿les cuesta salir adelante como artistas?, ¿qué tipo de
sistema tienen?, ¿está cambiando?
Es difícil concluir nada cuando se trata de China,
pero hoy por hoy todo apunta a que va a ser muy difícil superar la notoriedad
que consiguió el arte chino en la primera década del siglo XXI, cuando Zhang
Xiao Gang o Yue Minjun batieron record de venta en los mercados de arte
internacionales y eso fue durante el 2007.
Podemos intuir que si las altas cumbres del gobierno
cambiasen de actitud frente al arte contemporáneo y dejasen de limitarlo por considerarlo peligroso
para la estabilidad de su pueblo (hubiese libertad de expresión y se aboliese
la censura), quizá los artistas chinos encontrasen su esfera de expansión en su
propio país, sin tener que llegar a hacer una pintura decorativa para
conseguirlo. Quizá también, generaciones futuras con otra perspectiva,
informados, conocedores de la historia universal del arte, con posibilidades de
viajar y contactar con extranjeros, llegasen a apreciar y potenciar un arte
contemporáneo ¨made in China¨. Seguramente les interesaría, lo sentirían como
una necesidad y descubrirían el modo de encajarlo dentro del propio contexto
nacional. Me quedo con la metáfora del video artista Yan Yong Liang : “mientras
los europeos cogéis el ascensor y llegáis a la cima descansados y con
suficiente tiempo para tomaros un café y pensar, los chinos tenemos que subir
por las escaleras, que están rotas y resbaladizas, caemos cuatro pisos y
volvemos a empezar. Cuando llegamos a la cima estamos cansados, agotados y sin
apenas tiempo para pensar en nada”. Esto nos da a entender que el sistema chino
se articula de tal forma que mantiene a sus ciudadanos trabajando
constantemente, sin tiempo para la reflexión, que es cuando surgen las ideas.
Si destacas en los estudios en China, irás a universidades especiales y
formarás parte de la cúpula del gobierno, que sin quererlo, consagra un sistema
político lampedusiano: cambiar todo para que nada cambie.
Por otro lado, es evidente que al gigante asiático le
falta una estructura profesional
consolidada, que potencie y reivindique a sus artistas como artífices de un
lenguaje contemporáneo propio. Estructuras serias, con una programación de
proyectos a largo plazo, insobornables y fieles a una estrategia determinada.
Aunque insuficientes, existen algunas excepciones que
merece la pena señalar. En la ciudad de Shanghai tenemos el Mingshen Art
Museum, dirigido por el artista Tiehai Zhou y el recién
inaugurado Rock Bund Art Museum, que tuvo una preapertura durante los meses de
la EXPO 2010. El RAM (Rock Bund Art Museum) que pertenece a un complejo
inmobiliario, cuenta con el soporte del grupo Rockefeller y con David
Chipperfield como arquitecto. En el breve currículo de este museo figuran eventos
comisariados por Cai Guo Qian y Hou Hanru y, también, exposiciones individuales
como la de Zhang Huan sobre la figura de Confucio. El M50 (su nombre proviene
del lugar que ocupa en el número 50 de la calle Moganshan) es el distrito de
galerías de Shanghai. Lo lógico es pensar que goza de un buen nivel, al estar
en la cuidad más cosmopolita y más consumista de China, pero no es así. El M50
reúne, en su gran mayoría, a artistas mediocres. Naturalmente existen las
excepciones, como son la galería Shanghart, del suizo Lorenz Helbling, que con
más de 15 años de trayectoria se la considera en la cambiante China una galería
antigua y que ha hecho muchísimo por el arte chino. Destacaría también Other
Gallery, la iniciativa privada de un potentado Chino que acaba de inaugurar,
además, el How Art Museum, cerca del parque tecnológico, en la zona de Pudong.
“How Art Museum” en inglés no tiene mucho sentido, su traducción al español
podría ser “¿Cómo museo del arte?”. Lo cierto es que cuesta encontrar una
traducción adecuada. Por otro lado, las malas traducciones son habituales en
China cuando trasladan al inglés expresiones nacionales. Finalmente, Vanguard
Gallery es otra de mis galerías preferidas. Es tan pequeña como prometedora.
En Pekín, sin embargo, existe un colectivo de
artistas menos individualista que el de Shanghai y su distrito de galerías, el
798, reúne a las mejores galerías de China, muchas de ellas extranjeras, como
la Galería Continua de Turín. Tenemos también el Ullens Center, fundado por el
matrimonio Guy y Myriam Ullens, de nacionalidad belga y grandes
coleccionistas de arte contemporáneo chino. Este centro, conocido por el
apócope UCCA, es una maravilla por su carácter multidisciplinar. Otra
institución notable es el Centro Iberia para el Arte Contemporáneo, que
promueve la creación china y reserva un amplio lugar para artistas españoles.
Este centro es iniciativa de la fundación IAC. Su promotor, Gao Ping, reside en
España desde el año ochenta y nueve y además del Centro Iberia en Pekín, ha
abierto en el 2010 en Madrid la galería Gao Magee, que exhibe arte chino en
España. Gao Ping, es también el editor de la revista trimestral Arte en China, traducida al español y al
inglés. Es triste comprobar que detrás
de muchas de las instituciones mencionadas hay extranjeros, lo que corrobora la
falta de un mecanismo profesional genuinamente chino.
Resulta muy llamativo como a pesar de las
restricciones del sistema, los artistas gozan de una libertad interior que no
se encuentra en Europa. Este estado liberador viene determinado por la falta de
clichés y prejuicios. Las personas dedicadas al arte no sienten la necesidad de
adscribirse a ciertas modas o corrientes artísticas hegemónicas, como suele
ocurrir en Occidente, donde parece que los artistas están constreñidos a un
canon de lo que debe hacerse y lo que no. A pesar de ello no estaría de más que
los artistas del mayor país asiático contasen con una crítica sería,
independiente y rigurosa que valorase su obra, tal como ocurre en la mayor
parte de lo que llamamos Occidente.
La soltura y espontaneidad que
tienen los artistas chinos ha motivado una pluralidad de estilos. Acceden y
mezclan cualquier tipo de tradición, las propias y las derivadas en su gran mayoría de Occidente,
algo inevitable. Todo es nuevo a sus ojos y por lo tanto todo es posible. Esto queda reflejado con claridad en el arte
de los años ochenta que, por otro lado, se considera el arranque de la
modernidad local.
Dentro de los límites de la
censura surge el arte moderno chino, que de una manera más contundente se
manifiesta durante los años noventa. En esta década se pone de moda el realismo
cínico de la mano de Zhou Xiaohu o Fang Lijung, figuras claves del movimiento
que consigue pronunciarse sobre temas peliagudos con enorme ironía. Por otro
lado, hay que referirse al “agitprop” (arte de agitación y propaganda), termino
que parece estar volviendo a adquirir vigencia al menos en Estados Unidos y en
el Reino Unido. El ejemplo más obvio es Wuang Guanyi, con sus carteles
inspirados en el social realismo pero al servicio esta vez de un oxímoron: el
social capitalismo.
Algo genuino en todos los
artistas contemporáneos chinos es el componente autodidacta, que varía según la generación a la que pertenecen y
el medio de expresión al que se dedican.
Pero en esto radica en parte su originalidad e imprime cierto carácter y
cierta fuerza a sus obras. El artista sonoro Yin Yi ha creado su propio espacio
de experimentación, aunque desgraciadamente muy pocos lo conocen y apenas
cuenta con un público que le siga. Su formación ha sido a través de internet.
Ha aprendido como utilizar programas y sistemas informáticos valiéndose de
traductores online inglés-chino. Yin Yi mezcla maravillosamente sonidos
tradicionales chinos utilizando los últimos avances tecnológicos.
Una propuesta original a día
de hoy, es la de uno de los primeros y escasos performers chinos, me refiero a
Xu Zhen, que abandona su carrera en solitario para continuar como colectivo, el
colectivo “Madein”. Los participantes de este colectivo fichan por sus horas de
trabajo, como si de una fábrica se tratase. Acaban de exhibir hace apenas unos
meses en la Galería Shanghart, con una exposición conceptual en torno a la idea
de la perpetuidad. Sus prácticas son difíciles de entender para una mentalidad
occidental.
Hablando de trabajo colectivo
y a pesar de los factores negativos antes mencionados, como la censura o la
falta de una estructura profesional, se pueden seguir enumerando excepciones
notables; entre ellas la buenísima iniciativa de TOP events, consistente en una
serie de eventos culturales y exposiciones que tienen lugar en un edificio
abandonado del nuevo distrito artístico de Shanghai, al otro lado del río, en
la ya citada zona de Pudong. Este distrito lo ocupan tres galerías y el resto
son estudios de artistas. Sus inquilinos se ponen de acuerdo con otros colegas
para, con muy poco presupuesto, llenar el edificio de ideas interesantes y dar
oportunidades a los más jóvenes.
En definitiva, creo que no
deberíamos perder de vista la evolución del arte chino. Ingleses y americanos
ya se han dado cuenta de ello, quizá en España empecemos a mirar más allá de
Latinoamérica, algún día.
Violeta Janeiro
Alfageme
Mar 8, 2012
Mar 7, 2012
POESÍA CLÁSICA CHINA
En occidente juntamos letras para obtener palabras que nos transmiten un significado. En china, sin embargo, interpretan ideogramas (cada caracter o pareja de caracteres constituye un ideograma) que transmite una idea o concepto, de manera que su lenguaje es mucho más visual. Los caracteres más antiguos representaban pictogramas, que son una fiel figuración de aquello que refieren. Dicho esto, entendemos que el cerebro de los chinos funciona de una manera diferente a la hora de expresarse. ¿Qué sucede con la poesía?
Ha caído en mis manos una antología poética china, con introducción, traducción y notas de Juan Ignacio Preciado Idoeta, quien explica magníficamente en su introducción la historia de la poesía clásica china y las dificultades que conlleva traducirla. No es fácil traducir del chino, mucho menos si se trata de poesía. He de reconocer que leer una compilación de poemas clásicos chinos puede resultar algo tedioso y reiterativo. Es imposible que nuestro sistema de escritura recoja el sentimiento y matices de los ideogramas chinos. Como dice Preciado Idoeta en su introducción, los poemas chinos se ven y se oyen; no se leen, se cantan; transmiten su contenido de forma velada y apenas perceptible.
Los emperadores de la dinastía Tang (Siglos VII al IX d.c.) supieron rodearse de mandarines (funcionarios imperiales) con altas dotes para la poesía. Se les seleccionaban a través de estrictos exámenes imperiales y su cultura marcaba el status que alcanzarían. Hoy en día ocurre lo contrario, nuestros gobernantes se rodean de tecnócratas, en vez de hacerlo de filósofos que tomen decisiones en beneficio de la sociedad, filósofos rodeados (ahora si) de tecnócratas capaces de ejecutar ideas.
Durante el gobierno de la dinastía Tang florece la poesía y vive su época dorada. Es patente en la poesía china la marca de las filosofías taoísta, confucionista y budista, que como bien escribe Jaime Siles en una reseña periodística, equivaldrían a nuestro estoicismo, epicureismo y cinismo.
En el taoísmo el hombre está sujeto a las leyes de la naturaleza por lo que es necesario una convivencia armónica con la misma. Sabiendo esto entendemos la figura del poeta-pintor y viceversa, la del pintor-poeta. Se conservan muchos poemas con descripciones de paisaje, un ejemplo es este poema de Wang Wei, destacado poeta-pintor, que murió en su retiro en las montañas.
El torrente de los Luan
Lluvia otoñal
Sonido del agua
Que rauda discurre
Por entre piedras y rocas.
Saltan olas y salpican
Se salpican unas a otras,
La garza blanca asustada
Vuelve a bajar de la altura
Además del paisaje; el vino y la amistad son otros dos temas habituales en la poesía china, también el amor.
A continuación transcribo un poema de Li Bo (Li Bai en chino actual), quizá el más sobresaliente de todos lo poetas clásicos chinos de la Edad de Oro, quien se dice que murió ahogado en un intento por abrazar el reflejo de la luna en el agua.
Un Brindis
¿No veis que las aguas del Río Amarillo
descienden del cielo
y hasta el mar corren raudas
para no retornar?
¿No veis en esas nobles mansiones
cómo se miran, tristes,
en los brillantes espejos
los cabellos blancos?
Por la mañana negra seda
Ahora, en el ocaso, se han vuelto de nieve.
Gocemos
Gocemos de los placeres
En esta existencia nuestra
No dejemos vacías ante la luna
Nuestras copas doradas.
Debemos usar el talento
Que el Cielo nos ha otorgado
¿perdemos mil onzas de oro?
Ya volverán.
Asad el cordero, sacrificad la ternera,
Que reine la alegría,
Hay que beber trescientos vasos, de un trago.
Maestro Cen,
Señor Danqiu,
Bebed, bebed sin parar,
Mientras os canto una canción,
Escuchadme con la mayor atención, os ruego
Campanas y tambores, manjares y galas
Carecen de valor;
Sólo deseo una larga embriagadez
Y no tener que despertar.
Los santos y los sabios de antaño
Han caído en el olvido
Sólo de los bebedores
Hoy conocemos el nombre.
En tiempos el rey Chen daba fiestas
En su palacio de la Paz y la Alegría
Con excelentes vinos se entregaba a los placeres sin freno.
Posadero, ¿por qué dices que falta dinero?
Ocúpate sólo de traer vino a sus mercedes.
Mi caballo pío
Mi abrigo de mil onzas
Le diré a mi hijo que los cambie por buen vino,
Y juntos ahogaremos nuestras viejas penas.
Los primeros poemas chinos tienen más de tres mil años de antigüedad y hunden sus raíces en el género Shi. Son poemas sencillos que hablan de amor y los quehaceres de la vida cotidiana. Alcanza su esplendor con la dinastía Tang.
La represión del 4 de mayo en la plaza de Tianmen en 1919, donde un grupo de estudiantes manifestaba su descontento con las condiciones que imponía la firma del Pacto de Versalles, marca el fin de la poesía clásica y da paso al xinshi, es decir, a la nueva poesía.
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